Si por algo destacó Einstein, fue por su talento.

Y tú…¿sabes cuál es el tuyo?

Si no lo sabes, en este artículo te invito a descubrirlo y, si quieres, a potenciarlo.

Hablar de talento, es hablar de una de las cualidades más valiosas del ser humano. A menudo se puede asociar con habilidades excepcionales o dones naturales. Pero el talento es mucho más que eso. Es la combinación de habilidades innatas, la unión de capacidades tangibles e intangibles, de conocimientos adquiridos, de pasiones y práctica constante que te permiten destacar en un área determinada.

 

¿QUÉ ES EL TALENTO?

El talento puede definirse como el conjunto de motivaciones, habilidades, conocimientos y competencias que te permiten ser tú y desempeñarte de manera sobresaliente en una actividad específica. No siempre se trata de algo visible o espectacular. A veces, puede ser algo tan sutil como una habilidad para comunicarte, la capacidad para resolver problemas o el poder conectar con otras personas desde un lugar único. Además, tu talento no es estático. Evoluciona con el tiempo a medida que te formas, adquieres nuevas experiencias y te enfrentas a nuevos retos.

¿Sabes? Tú tienes un componente único.

Es lo que te hace ser genuino, auténtico y diferente de los demás. Mientras que unos nacen con inclinaciones claras hacia el arte, la música o el deporte, otros pueden descubrir su talento más adelante en áreas como la tecnología, el liderazgo, las relaciones humanas o la innovación.

 

DIMENSIONES DEL TALENTO: CÓMO EVALUAR TU TALENTO Y SACARLE EL MAYOR PARTIDO

El ser un genio y hablar de talento, no es sólo hablar de una dimensión. Es el resultado de una interacción entre todas ellas. Por eso reconocer y desarrollar estas dimensiones de manera integral y coherente puede ayudarte a explotar todo tu potencial, creando un impacto significativo en tu vida personal y profesional.

A la hora de identificar y medir el talento integral de una persona, desde Ingeniería del Cambio trabajamos con modelos de evaluación que, bajo un enfoque multicientífico, te van a permitir identificar y comprender tu talento innato y el de tu equipo de manera global.

Para ello lo focalizamos en cinco dimensiones clave:

1. COMPORTAMIENTOS: Identifica cómo tiendes a comportarte de manera natural: a responder frente a retos, a influir en las relaciones personales, adaptarte frente a cambios que se produzcan en tu entorno y cómo respondes al cumplimiento de normas o procedimientos establecidos. Gracias a esta dimensión vas a conocer tus preferencias conductuales, es decir, vas a identificar CÓMO PREFIERES HACER LAS COSAS. A través de esta dimensión también puedes conocer el estilo conductual  y de comunicación de cada persona y, por tanto, cuál es la manera óptima de adaptarte a su lenguaje.

Además, y aunque todos tenemos preferencia por hacer las cosas a nuestra manera, no siempre puedes realizarlo como te gustaría, ¿verdad?
Según el momento y el entorno en el que te encuentres, deberás de ir adaptando tus conductas a cada situación. Por ejemplo, quizás seas de esas personas que le gusta tomar decisiones de una manera rápida y decidida, querer tener la sensación de avanzar a buen paso hacia las metas establecidas, pero sin embargo, perteneces a un equipo que está demandando disminuir el ritmo de acción, recopilar mayor información, establecer consenso mediante reuniones constantes y colaborativas, reflexionar más sobre posibles opciones a elegir…ralentizando la toma de decisiones, y a ti, ahí, no te queda otra más que esperar, coger aire e intentar moldear tu comportamiento a esa situación y respirar. Es decir, vas a tener que pasar de un cómo prefieres hacer las cosas, a un CÓMO TIENES QUE HACERLO. Este comportamiento adaptado al contexto, por ejemplo a un puesto de trabajo, también lo podemos identificar a través de esta metodología.

2. MOTIVADORES: En esta dimensión se identifica las pasiones que te llevan a comportarte de una determinada manera. Conocer que tienes preferencia por el conocimiento, y además, que te gusta aprender mediante la experiencia y no estudiando. O por el contrario, saber que te mueve estar en entornos donde puedas elegir libremente qué hacer. O sin embargo, identificar que prefieras enfocar tu energía en ayudar a las personas más vulnerables… es crucial para comprender qué te compromete en el día a día y en tu trabajo.

Gracias a esta dimensión entenderemos qué le impulsa o da fuerzas a una persona a involucrarse, a tomar acción o incluso descubrir cómo podemos hacer para fomentar su implicación, es decir, conoceremos el PARA QUÉ HACE LO QUE HACE.

3. COMPETENCIAS: Para desempeñar unas tareas de manera talentosa, también es interesante identificar si esa persona es competente, es decir, si tiene interiorizada la capacidad de realización de la misma. Esta dimensión permite identificar esas áreas de fortaleza y necesidades de desarrollo. Es por eso que mide las habilidades específicas y necesarias para el desempeño efectivo en diversos roles y tareas de la persona, es decir, es el QUÉ SABE HACER.

4. INTELIGENCIA EMOCIONAL: ¡Qué importante son en el talento las emociones y sentirnos bien! ¿verdad? Es por eso que este plano evalúa la capacidad de una persona para percibir, gestionar y evaluar sus propias emociones y las de otros. Incluye habilidades como la empatía, la autoconciencia y la regulación emocional. En este caso, la gestión emocional responde a la pregunta de CÓMO LA PERSONA REGULA LO QUE HACE.

5. INDICE DE PERCEPCIÓN: Analiza cómo las personas interpretan su entorno y toman decisiones basándose en esa interpretación, es decir, CON QUÉ CONDICIONAMIENTO LO HACE Y CUÁL ES LA CALIDAD DE ESA TOMA DE DECISIONES. Esta dimensión mide la percepción intrínseca, extrínseca y sistémica de un individuo.

 

¿CÓMO PUEDES DESCUBRIR TU TALENTO?

Teniendo en cuenta todas estas dimensiones sobre las cuales pivotan tus talentos, ser capaz de identificarlos no siempre es un camino evidente. Aunque con un poco de introspección y exploración, estoy seguro que puedes llegar a reconocerlos.

Por eso, y teniendo en cuenta los puntos anteriores, te propongo coger papel y boli, y reflexionar sobre algunos puntos que pueden ayudarte en tu camino del Talento:

1. Reflexiona sobre tus intereses y pasiones. Pregúntate qué es lo que realmente disfrutas haciendo, aquello en lo que pierdes la noción del tiempo…. incluso si todavía no eres un experto. Muchas veces, el talento florece en áreas que nos apasionan. Si no se te ocurre nada…. recuerda… cuando eras niño o niña ¿a qué te gustaba mucho jugar?

2. Escucha las opiniones de los demás. Las personas que te rodean pueden ver cosas en ti que tú las pasas por alto. Si constantemente te elogian por algo, podría ser una pista sobre tu talento. No minusvalores las diferentes opciones que puedan surgir, únicamente recógelas con curiosidad, y observa cómo impactan en ti, en las personas de tu alrededor y en tu entorno.

3. Recuerda tus logros y experiencias pasadas. Piensa en aquellas actividades o proyectos en los que hayas destacado. ¿Qué te resultó fácil o gratificante? ¿Qué te motivaba exactamente? ¿Cómo lo lograste? ¿Qué resultados obtuviste y qué huella generó en tu entorno? Estas preguntas pueden señalar áreas de tu talento.

4. Experimenta y aprende cosas nuevas. No tengas miedo de hacer actividades diferentes o explorar nuevos escenarios. Probar actividades novedosas puede ayudarte a descubrir habilidades que desconocías. ¿Qué has descubierto en los últimos tiempos?

5. Analiza tus fortalezas naturales. Todos tenemos fortalezas que, al ser explotadas, se convierten en talentos. Identifica esas áreas donde sientes que tienes una ventaja natural, e incluso en qué contextos afloran con mayor destreza.

6. Busca apoyo profesional. Hay herramientas de evaluación, procesos de acompañamiento personalizado junto a profesionales, estudios de aptitudes y orientación vocacional que te pueden ayudar a identificar y comprender mejor tus talentos innatos.

 

Una vez que hayas anotado todas las ideas que hayan ido surgiendo, póntelas delante….mira bien… ¿Tienen algo en común? ¿Cuál es el hilo conductor de todas ellas?

 

EL DESARROLLO DEL TALENTO

Con todo ello, si lo que quieres es conocer y potenciar tu talento, el primer paso que te va a llevar a descubrirlo, conlleva una introspección profunda y una apertura para experimentar y aprender continuamente. No se trata de compararte. Se trata de reconocer y ser plenamente consciente de ese conjunto único de talentos que tienes.

Cuando los identifiques, el siguiente paso es potenciarlos. Esto requiere valor, dedicación, constancia, formación continua y, sobre todo, acción. Un compromiso férreo contigo mismo o contigo misma a la experiencia. El talento por sí solo no garantiza el éxito, pero si lo nutres con esfuerzo, y en los entornos adecuados, puedes alcanzar metas sorprendentes.

El talento genuino no es simplemente un don, es una construcción que combina lo que eres, lo que amas, lo que haces, lo que muestras y lo que obtienes en un entorno concreto. Es por eso que descubrir tu talento y saber dónde desarrollarlo, no solo te va a ayudar a destacar en ciertas áreas, sino que probablemente te acerque a una vida más plena y satisfactoria.

Al fin y al cabo, tú también eres Einstein.