Cuando piensas en mejorar la calidad de tu vida o generar un cambio personal o profesional, la terapia, la psicología y el coaching se presentan como herramientas que pueden marcar la diferencia. Cada una tiene sus propios objetivos y métodos, pero todas comparten algo en común: el deseo de ayudarte a crecer y alcanzar un mayor bienestar o equilibrio en tu día a día.
Estas líneas son sólo una invitación a explorar brevemente estas tres disciplinas para que, desde ahí, puedas obtener mayor claridad y poder elegir lo que más se pueda adaptar a tus necesidades si fuese el caso.
¿QUÉ TIENEN EN COMÚN ?
Varios son los puntos similares que vas a encontrar en las tres:
- Tú eres el centro: Tanto en la terapia, en un proceso psicológico como en el coaching, tú eres la prioridad. Todos ellos te ofrecen un espacio seguro donde explorar tus pensamientos, emociones y metas sin ningún juicio frente a tu persona o la situación que estás viviendo.
- Conexión basada en la confianza: La relación que estableces con el terapeuta, psicólogo o coach está basada en el respeto, la empatía y la confidencialidad. Sentir comodidad y poder expresarte libremente con el profesional es clave para que puedas avanzar en el proceso de cambio.
- Herramientas para reflexionar: Ya sea con preguntas, ejercicios o técnicas específicas, los tres procesos te van a invitar a mirar hacia adentro y entenderte mejor.
- Un cambio positivo en tu vida: El objetivo de los tres es ayudarte a avanzar de una manera más equilibrada en tu día a día, generando transformaciones significativas ya sea a nivel emocional, mental o conductual.
- Impacto real y duradero: Aunque sus enfoques sean diferentes, cualquiera de ellos puede dejar huellas profundas y positivas en tu vida.
DIFERENCIAS: CADA CAMINO, UN PROPÓSITO
Partiendo de estos elementos comunes, dentro de las tres disciplinas también puedes encontrar enfoques que varían a la hora de generar tu transformación.
¿Cuál es su enfoque principal?
- Terapia: Se enfoca en sanar heridas emocionales importantes o traumas, así como en transformar aquella manera de pensar que te puede estar limitando determinados comportamientos en el día a día.
- Psicología: Va más allá de la terapia. Puede incluir diagnósticos, intervenciones clínicas o apoyo en procesos como aprendizaje y comportamiento.
- Coaching: El coaching no trabaja patologías ni enfermedades. Se centra en acompañarte a alcanzar metas específicas. Gracias a ello, enriqueciendo tu autoconocimiento y autogestión, vas poder lograr un mayor bienestar emocional, una mejora en tus relaciones personales y profesionales, así como impulsar tu talento y competencias clave en tu entorno profesional. A través del coaching vas a ser capaz de resolver esos bloqueos mentales, conflictos internos y comportamentales que te están incomodando e impidiendo avanzar.
¿A quién va dirigido?
- Terapia: Para quienes enfrentan problemas emocionales o psicológicos importantes.
- Psicología: Aquellas personas que necesiten aborda tanto problemas clínicos como áreas de desarrollo personal.
- Coaching: Si lo que deseas es transformar algún aspecto de tu vida o de ti mismo que te está resultando incómodo, y no estás siendo capaz de lograrlo o no sabes cómo hacerlo, un proceso de coaching es una muy buena opción. Un cambio de hábitos, transformar emocionalidades incómodas, o potenciar diferentes comportamientos o competencias que te están limitando en tus relaciones o en tu rendimiento laboral, son algunos de los logros que puedes conseguir gracias al coaching.
La forma de mirar el tiempo
- Terapia: A menudo, el terapeuta explora el pasado y el presente para entender el origen de tus problemas y promover la resolución.
- Psicología: Puede explorar pasado, presente y futuro, dependiendo del objetivo a trabajar.
- Coaching: Se enfoca en el presente y proyecta soluciones prácticas hacia el futuro.
¿Quién lo lleva a cabo y que formación requiere?
- Terapia: La realizan terapeutas formados en diferentes disciplinas como psicología o disciplinas afines, formaciones que suelen estar regladas por organismos oficiales. Por el contrario, también te puedes encontrar con terapeutas que han participado en formaciones desarrolladas por entidades independientes y privadas. Estos certificados emitidos como terapeutas capacitados, no tienen ningún aval oficial o garantía de profesionalidad, más allá del propio sello que otorga la entidad formativa por la asistencia o participación en ese programa formativo.
- Psicología: Los psicólogos cuentan con una base académica universitaria sólida y especializaciones en el comportamiento humano reconocidas oficialmente.
- Coaching: Un coach está formado mediante programas específicos, los cuales pueden estar avalados por entidades profesionales tanto nacionales como internacionales. Además, y abogando por la profesionalidad, el coach también puede obtener certificaciones como coach profesional por parte de estas mismas entidades, que examinan y avalan de manera periódica no sólo el conocimiento continuado en la materia, sino la experiencia y las competencias que, como profesional, se consideran aptas para un buen desempeño de la profesión.
Métodos y duración
- Terapia: Incluye multitud de técnicas y enfoques como terapias cognitivo conductuales, terapia integral, psicoanalítica, humanista, etc…pudiendo ser un proceso largo, según la complejidad de los problemas.
- Psicología: Combina evaluaciones diagnósticas, terapias estructuradas o intervenciones puntuales, adaptándose al caso.
- Coaching: Son procesos más breves en el tiempo, estando orientados a resultados concretos. También en el coaching puedes encontrar diferentes enfoques y metodologías que te van a permitir potenciar esa área que deseas mejorar.
Papel que vas a desempeñar durante el proceso:
- Terapia: Cada paciente es único, y su rol en la terapia puede variar según sus necesidades y objetivos específicos. Por eso, en función de la disciplina terapéutica, vas a adquirir un rol más reactivo o pasivo frente al proceso, siendo el terapeuta quien te marque las recomendaciones y pautas a seguir.
- Psicología: Combina evaluaciones diagnósticas, terapias estructuradas o intervenciones puntuales, adaptándose el rol del paciente a caso.
- Coaching: El papel que vas a adquirir en un proceso de coaching es meramente proactivo, involucrándote y responsabilizándote desde el principio de tu propio proceso de cambio. Aquí el coach va a poner a tu disposición las habilidades y competencias necesarias para facilitarte el proceso de cambio de manera efectiva, sin establecer recomendaciones, consejos o pautas a seguir.
¿CUÁL ES EL CAMINO PARA TI?
Si estás enfrentando dificultades emocionales importantes o traumáticas que afectan a tu vida, la terapia puede ofrecerte un espacio de sanación y comprensión. Si buscas una evaluación integral o apoyo en aspectos más amplios, un proceso psicológico puede ser lo que necesitas. Pero si tu objetivo es avanzar en metas concretas y prácticas, el coaching es una gran opción.
Recuerda que estos caminos no son excluyentes y, en algunos casos, pueden complementarse. Por supuesto que la metodología, las técnicas y el enfoque de cualquiera de estas tres disciplinas es muy importante, aunque todavía lo es más la buena praxis de las mismas. Es por eso que si tomas la decisión de comenzar un proceso de cambio, elegir un profesional cualificado y competente, con una experiencia y conocimiento avalado, que te inspire confianza y se ajuste a tus necesidades, es lo que va a marcar la diferencia para que logres el éxito en ese cambio que te estás pidiendo.
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